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El proyecto del auditorio contempla un permanente diálogo entre el espacio exterior y el edificio. El pavimento de la plaza, en suave pendiente, invade el hall del auditorio a través de una secuencia de espacios que provocan una transición entre el exterior y el interior por debajo de las salas de audición formando vestíbulos, foyeres, y espacios de relación.

El volumen general se descompone en dos grandes áreas cosidas por un deambulatorio en cascada.

En el primer cuerpo, se encuentran las salas de audición; la mayor para música sinfónica y la menor para música de cámara. Lateralmente y arropando estas salas, se encuentra el programa de soporte. Camerinos, vestuarios, salas de ensayo, sala de prensa y representación.

En el segundo cuerpo encontramos el programa de congresos, con una gran sala y salas menores de diferentes dimensiones. Completa esta área una zona administrativa y salas destinadas a exposiciones con diferentes modulaciones.

Dando servicio a ambos cuerpos, encontramos una cocina y zona de bar y comedor.

Todo este amplio y complejo programa se cose mediante dos circulaciones en cruz que simplifican la cohesión.

Construido en hormigón blanco, exteriormente es muy opaco y muy luminoso internamente, mediante el uso de lucernarios, tanto verticales como horizontales